Este blog se viene publicando desde hace más de tres años puntualmente cada quince días. Éste toca publicarlo, como dice el título entre Nochebuena y Nochevieja. No creo que sea un tiempo para sesudas reflexiones, ni para denuncias proféticas ni sugerencias atinadas. Simplemente, echo la mirada hacia atrás y creo que ha valido la pena tanto escribir. Y que es posible que a alguien le haya ayudado. Con eso es suficiente. Y ya me siento contento.
El blog ya tiene 175 suscriptores. La mayoría de sus entradas tiene más de 200 visitas. Son muchas personas las que se han acercado al blog y, espero, lo que se dice en él les haya servido para reflexionar y pensar en cómo hacer mejor este servicio tan importante y clave para la misión como es todo lo relacionado con la economía. Imagino que a veces se estará de acuerdo con lo que digo y otras no. Pero espero que siempre suscite la reflexión y ayude a encontrar nuevos caminos.
En realidad, el blog no nació más que con esa intención: expresar en voz alta ideas y opiniones que pudieran suscitar la reflexión y la revisión para que la administración de los bienes de los institutos religiosos se realice de una forma más eficaz, para que no se desperdicien los recursos. Porque, como decía en una de las primeras entradas citando a un bien amigo ecónomo provincial ya fallecido, manejamos el “dinero de los pobres”. Por eso hay que administrarlo con mucho cuidado. Porque la buena nueva del Evangelio se merece todo nuestro esfuerzo.
Entre Nochebuena y Nochevieja –y antes de los grandes trabajos que se avecinan a todos los administradores en estos primeros meses del año– creo que podemos felicitarnos a nosotros mismos por este empeño diario lleno de espíritu de servicio, muchas veces callado y oculto y algunas, espero que pocas, hasta despreciado.
No hay que tener miedo, por más que cometamos errores, a decir que estamos haciendo un buen trabajo, que estamos dando lo mejor de nosotros mismos al servicio de la misión de nuestro instituto y, en definitiva, al servicio del Evangelio.
Vamos a tomarnos algún rato de descanso. Lo tenemos merecido. Entre Nochebuena y Nochevieja no todo tiene que ser trabajo. También es bueno echar la mirada atrás, ver el camino recorrido y decirnos que lo estamos haciendo bien, que queda mucho por hacer pero que estamos en el buen camino.
Felicidades a todos los lectores. Seguro que el Niño Jesús nos mira con cariño en nuestros trabajos con los números y los dineros. Y nos anima a seguir esforzándonos en el 2019 que vamos a empezar. Aunque la bolsa baje y otros desastres amenacen la economía de nuestros institutos. Porque el Evangelio se lo merece. Por supuesto que sí. Seguiremos en la brecha y no cejaremos en el empeño.
Muchas gracias por tu compartir Fernando.
Que tengas un 2019 muy fecundo en todos los sentidos
Un cordial saludo
Muchas gracias, hermano, por el esfuerzo de darle vida al blog. ¡Por supuesto que nos sirve reflexionar sobre cada tema que vas comentando!
Te deseo una feliz navidad y un merecido descanso en este paréntesis Nochebuena-Nochevieja,
Muchas gracias por todo lo compartido a lo largo del año. Leer estas reflexiones, además de aportar luz, animan a seguir en la tarea-misión. FELIZ tiempo de Navidad. Nos volvemos a encontrar en 2019, si Dios quiere.
Gracias por sus comentarios tan certeros y objetivos. Realmente han sido un luz para animarnos seguir en este servicio de fe.
Feliz año 2019