Se está hablando mucho de los fondos éticos de inversión. No está mal que se hable de ellos. Nos recuerdan a los institutos religiosos que, a la hora de invertir nuestro dinero en productos financieros, tenemos que salvar algunos criterios éticos, que el máximo beneficio no puede ser el único objeto de esas inversiones, que tenemos obligación, en la medida de lo posible, de saber qué hacen los gestores de esos fondos con nuestro dinero.
Pero no es suficiente con que una gestora de fondos de inversión coloque el apellido “ético” a uno de sus fondos para que ya nos parezca bueno. Ni siquiera con que cumpla las condiciones legales que se exigen para que un fondo lleve ese calificativo. Tenemos que tener nuestros propios criterios.
Tampoco es suficiente que parte de sus beneficios y/o comisiones de esos fondos se destinen a ser repartidos entre diversas ONG’s. Diría que ésa es la última de las razones que nos deberían llevar a invertir en esos fondos. En tanto que institutos religiosos no tengo duda de que todos los rendimientos que salgan de nuestras inversiones van a ser destinados a la misión. Pueden ir a ayudar a las necesidades de una misión en un país del tercer mundo o a formar a los nuevos candidatos, que van a ir luego a servir en esa misión, o a atender las necesidades de nuestros ancianos que se dejaron la vida en aquella misión y que, por eso, ni siquiera cotizaron para su pensión y hoy no ingresan lo suficiente para vivir. Todo eso es misión. Pero, con toda seguridad, esos rendimientos no se destinarán a ser gastados en lujos ni cruceros por el Caribe ni nada parecido.
Lo importante de esos fondos, lo que los hace aceptables para los institutos religiosos o no, es dónde invierten nuestro dinero, que no sean inversiones de tipo especulativo (explicar que significa eso de “especulación” nos daría, y nos dará posiblemente, para otra entrada a este blog), que podamos identificar en qué empresas invierten, que producen esas empresas, cómo tratan a sus empleados, si son respetuosas con el medio ambiente… Esos fondos tienen que ser transparentes. Ahí es donde se juega el partido. Ahí es donde está nuestra responsabilidad de la que no podemos ni debemos evadirnos.
Y además, esos fondos tienen que ser rentables. No puede ser que lo de “ético” nos lleve a perder dinero. Y eso depende mucho del gestor del fondo, de su habilidad.
Digo todo esto porque hace poco ha comenzado su andadura un fondo que se presenta como cumplidor estricto de los criterios que emanan de la Doctrina Social de la Iglesia y que quiere ser transparente en su gestión. Se llama Temperantia. Es una buena iniciativa y habría que apoyarla. Pero también habrá que estar atento a su evolución. A ver si cumple lo prometido. Y eso depende del gestor pero también de que los clientes exijan no sólo buenos rendimientos sino también el cumplimiento estricto de esos criterios éticos y de la transparencia prometida.
Fernando, gracias por tratar este tema tan delicado.
Mientras lo leía me acordé de un fondo etico, «horizons» , que , – hace años yá- surgió en España, y prosperó mucho también aqui en America Latina. Por un tiempo todo bien, pero de un día para otro, empezó a dar pérdidas importantes hasta que todos fuimos aconsejados a cerrar nuestras pequeñas y sufridas inversiones, visiblemente mermadas!
Y yá lo sabes, «gato quemado tiene miedo de agua fría».
Saluda una ecónoma preocupada.
Es que no basta con que un fondo lleve la etiqueta de «ético». Ni siquiera basta con que los gestores cumplan en su gestión con esos criterios. Además, hace falta que sean buenos gestores, que sepan que tienen que comprar y qué tienen que vender. Y hacerlo en su momento. A la hora de invertir nuestro dinero conviene, pues, tener en cuenta todo: que se cumplan los criterios éticos que nos hayamos fijado pero también que los gestores del fondo sean buenos profesionales, que sepan lo que se hacen.
Por otra parte, lo de las pérdidas puede ser relativo. Y eso también hay que tenerlo en cuenta. Ahora mismo hay un fondo de renta variable española que están perdiendo en lo que va de año un 2,5%. ¿Están haciéndolo mal? No, si tenemos en cuenta que la bolsa española ha perdido en el mismo tiempo en torno a un 10%. El fondo lo está haciendo muy bien, dado como están los mercados. Por eso, las pérdidas hay que verlas en relación con la situación de los mercados.
Hay que diversificar las inversiones en riesgo, en fondos, en gestores.. Pero es mejor invertir que meter el dinero debajo del colchón, donde la inflación y la polilla lo harán desaparecer. Administramos el dinero de la misión y hay que cuidar mucho los recursos que tenemos.