Van a decir que hablar de lo urgente y lo importante, tema de esta entrada al blog es algo superficial, que no entro en temas de administración real y concreta. Pero no he podido evitar, estos días en que estoy dedicado a repasar y cerrar contabilidades del 2016 y abrir las nuevas del 2017, a ver si todo cuadra, a preparar los impresos de los presupuestos y zarandajas por el estilo que me llevan mucho tiempo, acordarme de Mafalda.
Sí, exactamente, de Mafalda. Aquella niña argentina que dibujaba el gran Quino en unas tiras semanales que nos hacían reír y también pensar. Me he acordado especialmente de una de aquellas tiras. Mafalda va por una de las calles de su barrio. Al llegar a una esquina ve a unos trabajadores que se afanan cavando un hoyo en la acera. Como siempre, Mafalda interviene, pregunta y reflexiona: “Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante.”. Lo pueden ver en la tira que ilustra este comentario.
Nosotros no nos vamos a dedicar a buscar las raíces de lo nacional. Ni siquiera a profundar en las raíces carismáticas de nuestra misión. Lo nuestro es trabajar para poner los medios materiales que hagan posible el desarrollo de la misión de nuestras instituciones. Que lo hagan posible hoy y mañana y dentro de veinte años. Ahí está la clave.
Por eso, deberíamos tener claro en nuestro trabajo-servicio que hay que atender a lo urgente y también a lo importante. No puede ser que lo urgente (la última factura, el cierre de aquella contabilidad, cuadrar aquel banco…) nos haga olvidarnos de lo verdaderamente importante (planificar a medio y largo plazo, desarrollar criterios que orienten nuestras inversiones, organizar mejor el aprovechamiento de nuestra tesorería, concienciar a nuestros hermanos y hermanas de lo necesario que es cambiar de mentalidad y darnos cuenta de que los tiempos arrecian y van a venir más recios todavía).
No puede ser que lo urgente, el trabajo del día a día, nos haga olvidar lo importante, aquello en lo que nos jugamos nuestro futuro. No vaya a ser que el descalabro final nos pille sin estar prevenidos. Eso sí, con los bancos cuadrados y las cuentas bien ajustadas. Aquello, lo urgente, no nos puede despistar de lo verdaderamente importante. También en esto tenemos que ser buenos administradores. Y administrar el escaso tiempo que tenemos disponible (un recurso bien escaso) de modo que lo aprovechemos del mejor modo posible.
No me alargo más porque en este tiempo todos tenemos mucho trabajo. También el que escribe este comentario. Les dejo con una sonrisa –Mafalda siempre provoca al menos una sonrisa– y ese mínimo punto para la reflexión. ¡Buen trabajo! Y no desesperarse que al final los bancos siempre cuadran. Aunque sea en negativo.
Pues muy bueno tu artículo, precisamente en estos tiempos de tanto número y papel…
Gracias y ¡Feliz Año!
Muy objetivo y siempre con esa chispa de buen humor… gracias
SI ES VERDAD … QUE LO URGENTE Y APREMIANTE NO NOS QUITE LA MIRADA A LO MAS IMPORTANTE…
EXCELENTE… MUCHA VERDAD, LO URGENTE NOS ESTA ACABANDO CON LA VIDA COMUNITARIA Y FRATERNA…..