Supongo que en este blog voy a ir comentando muchos y variados asuntos. Desde cosas muy sencillas hasta cuestiones muy complicadas de este mundo que es la administración en los institutos religiosos. Pero todo será dar vueltas sin llegar a ningún fin si no tenemos en cuenta lo que es realmente importante. Eso tan importante va mucho más allá de la administración, de la economía. En realidad, atañe al conjunto de la vida religiosa y está en contacto con algunas de las fibras más sensibles de la persona humana. Porque todo lo que afecta a la seguridad despierta en nosotros aquellos instintos básicos y primarios del hombre primitivo que sentía miedo y que primaba la seguridad y la supervivencia sobre todas las cosas.
Me refiero a un cambio de mentalidad que supone pasar de buscar mi seguridad en el pequeño grupo al que pertenezco para pasar a ponerla en el colectivo al que pertenecemos, llámese provincia o instituto. Y saber que ahí es donde encontraremos esa seguridad. Dicho en otras palabras: mientras que no seamos conscientes de que formamos un todo como provincia y como instituto, seguiremos luchando, sin sentido, por defender nuestro pequeño castillo de seguridades imaginarias.
Ejemplos se pueden poner a miles. Hay comunidades que racanean la entrega de sus remanentes a la provincia. Se sienten más seguras manteniéndolos en su cuenta corriente. No se fían de lo que haga la administración provincial con ese dinero. Olvidan que las comunidades no existen sino en el marco de la provincia. Y que los religiosos hoy estamos aquí y mañana allí. La seguridad, necesaria ciertamente para la persona, se encuentra en la unidad mayor. Curiosamente, lo dicho sobre las comunidades en su relación con la provincia sucede también en las provincias con respecto al gobierno general.
Probablemente, habrá que volver muchas veces sobre este asunto y explicarlo mejor. Pero, mientras tanto, sería bueno que nos convenciésemos de que estamos todos en el mismo barco y de que más nos vale remar todos en la misma dirección. Si no, difícilmente llegaremos a algún puerto.
No te sobra ni una palabra, pero no nos entra en la cabeza ni en el corazón…hablamos mucho de cuerpo, y aunque sabemos que nada de lo que tenemos nos pertenece… cuando nos tocan el «bolsillo» a cualquier nivel… se nos acaba el discurso… y el Cuerpo Institucional incluye lo económico… de lo local a lo provincial y de lo provincial a lo General… Los Fondos «sirven más y mejor» cuando están en el circulo concéntrico más amplio, pero ¿cuándo nos lo creeremos de verdad y lo actuaremos?