Estamos en tiempos de alta volatilidad. Estoy seguro de que muchos ecónomos provinciales tienen fondos de inversión y otros tipos de instrumentos financieros. Y han visto cómo en estos últimos meses el valor de sus inversiones se iba para arriba un día, bajaba al siguiente y volvía a subir al otro. Posiblemente sus mismos asesores les han puesto en guardia frente a esta situación. Quizá incluso les han aconsejado desinvertir porque el mercado está en situación de peligro. O quizá sin el consejo del asesor alguno ha pensado que sería mejor meter el dinero en un calcetín, debajo de la almohada o dentro de un ladrillo.
Lo primero decir que estos días hay gente haciendo mucho dinero en la bolsa. También, posiblemente, perdiendo mucho. Son los que invierten a corto plazo. Compran hoy para vender mañana y así sucesivamente. En otras palabras, son los que se dedican a especular con los precios. Sus inversiones no están destinadas en absoluto a ser productivas. Sólo quieren las ganancias fáciles y de tipo especulativo. Es lo mismo que el que compra un terreno no para edificar ni hacer en él una industria sino exclusivamente para venderlo más tarde a mayor valor. Eso es especular.
Digo yo que nosotros, religiosos y religiosas, no estamos para especular. Eso no es lo nuestro. Nuestros dineros están invertidos en diversos instrumentos financieros. No puede ser de otra manera. Pero nuestro objetivo no es especular ni obtener la mayor ganancia posible a cualquier precio. Lo nuestro es proteger esas reservas que nos son necesarias para respaldar la misión del instituto presente y futura. Para ello nos preocupamos de invertir esos ahorros en instrumentos financieros éticamente aceptables. Por eso renunciamos a especular. Forma parte de nuestra ética.
Conclusión: que nosotros no invertimos a corto plazo. Lo nuestro siempre es a medio/largo plazo. Por eso, la volatilidad que se ve de vez en cuando en el mercado no nos asusta. Aunque haya unas pérdidas latentes. Porque es seguro que medio/largo plazo, la bolsa y la economía va a ir mejorando poco a poco. Seguro que no conseguiremos unos rendimientos espectaculares. Ni los queremos. Nos conformamos con obtener un rendimiento, unos intereses, un poco por encima de la inflación. Para que nuestros ahorros no pierdan su valor. Para que puedan seguir al servicio de la misión del instituto. Ya sabemos que las tormentas son pasajeras y que siempre que llueve escampa. Nuestros objetivos de inversión, repito, están en el medio/largo plazo. No en el corto. Por eso, mucha tranquilidad y nada de preocuparse.
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