Hace muy poquito ha publicado la Santa Sede, mejor la CIVCSVA, un documento titulado Líneas Orientativas para la Gestión de los Bienes. Es un documento breve. Está publicado por Publicaciones Claretianas. Se puede leer en un rato. Máximo una hora yendo muy despacio. Es de alguna manera el documento conclusivo de una especie de simposio sobre el tema que organizado la misma Congregación hace algo menos de un año, en el que se invitó con mucha insistencia a participar a los ecónomos generales de todos los institutos religiosos.
Ciertamente, se recomienda su lectura. Voy a ser sincero. No dice nada nuevo. Es más, la mayor parte de las cosas que dice son de puritito sentido común. Lo que pasa es el que sentido común sigue pareciendo el menos común de los sentidos. Es de sentido común decir que hay que tener cuidado con las decisiones que tomamos sobre nuestros bienes. Hay que pensarlas bien y dedicarles tiempo. Condicionan nuestra vida en el presente y también, lo que se suele tener menos en cuenta, en el futuro. Y condicionan por supuesto la misión del instituto. Porque todo, absolutamente todo, -hasta unos ejercicios espirituales pasando por la misión y terminando en la atención necesaria a las personas del instituto- está condicionado por la mediación económica. Decía un compañero y maestro mío en estas artes de la economía que tenemos que ser muy conscientes de que manejamos el dinero de los pobres. Sigue siendo verdad.
Pues eso, vamos a leer con atención el documento. No dice grandes cosas pero lo que dice es importante tenerlo en cuenta. Hasta da un poco de pena que se tenga que hacer un documento con un contenido tan obvio. Pero vale la pena leerlo y revisar lo que hacemos no vaya a ser que, aun llenos de buena voluntad, andemos un poco extraviados.