Hoy andamos todos de fiesta. 2 de febrero, presentación del niño Jesús en el templo y día de la vida consagrada. Nos lo merecemos después de tantos trabajos y de tanta generosidad y entrega como se ve a lo largo y a lo ancho de este mundo que es la vida religiosa. Y nos lo merecemos más los que, dentro de ella, nos dedicamos a las cosas del dinero. Porque parece que juntar vida religiosa y economía no es fácil.
Siempre habrá quien mire a los que nos encargamos de estas cosas por encima del hombro. Como si fuera una condena o una desgracia. Como si no fuéramos de verdad religiosos. Como si nuestra vida de entrega a la misión hubiese quedado frustrada al entregarnos a estas tareas de la economía.
Frente a los que piensan así, que algunos de ellos hay en todas las instituciones, hay que reivindicar que hacerse cargo de la economía es un auténtico ministerio, un verdadero servicio, imprescindible para la misión de la congregación. Ya lo dije en una entrada de este blog: “Ser ecónomo, un auténtico ministerio”. Pero en días como hoy es necesario tenerlo muy presente.
Porque no hay religiosos de primera y de segunda. Porque todos son necesarios para el desarrollo de la misión. Desde el que atiende la portería hasta el general. Todos.
Me hace recordar mis primeros años de ministerio, cuando me tocó ir a dar clases de moral a un seminario en Latinoamérica, en Brasil concretamente. Trabajé mucho allí. Pero mi sorpresa fue cuando a la vuelta a España, encontré que mi trabajo en el seminario, colaborando a la formación de los futuros sacerdotes, no tenía mucho valor. Lo que me preguntaban era si había estado en la selva o en los barrios de favelas. Cuando les decía que lo mío había sido dar clases en un seminario, me dejaban de preguntar y pasaban a otro tema. ¡No era interesante!
Conviene recordar que todos los trabajos son importantes para la misión. Pero me atrevería a decir, que el de la economía, lo es más. Porque si no hay base económica, nuestros proyectos pastorales no van a tener buen fin. Quizá tengan principio pero van a ser como aquella simiente que cayó entre zarzas, que al principio creció pero enseguida se ahogó y murió. El Evangelio se merece que nuestros proyectos duren y sirvan eficazmente a las personas. Para que todos conozcan el amor de Dios, su misericordia, si presencia vivificante.
Así que hoy es también el día de los ecónomos y administradores. De los ecónomos y ecónomas generales y provinciales. Y también de los locales que cuidan con cariño de sus hermanos y atienden a sus necesidades. Y de los administradores de las actividades en que se concreta la misión. Muchos de ellos son laicos pero ocupan un puesto fundamental para que esas actividades funcionen bien y sean verdaderamente misioneras. Habría que hacérselo saber.
Que todos tengamos una buena fiesta, que gocemos de la luz que nos ilumina y que cada vez más sepamos irradiarla a nuestro alrededor, fieles a nuestra misión y carisma concreto. Y, luego, cuando volvamos al trabajo, no nos olvidemos que lo nuestro no es marginal sino central para la misión, aunque algunos no terminen de entenderlo.
Gracias, Fernando, por poner el acento en la importancia de este nuestro servicio; sí… SERVICIO, en clave de misión. Y muchas gracias por cada reflexión quincenal.
Magnífica reflexión sobre el servicio en el ámbito de la economía. Felicidades por tu aportación a este campo, como bien describes, la gran olvidada, aunque luego muchos quieren aferrarse a la seguridad de los bienes y los recursos económicos.
Querido Fernando: cuando mi hijo jugaba al futbol, los padres y sobre todo madres con pocos conocimientos del deporte, eran fans de los delanteros, y cuando tocaba, de los porteros. El resto del equipo no era importante para ellas. Mi hijo era defensa. Si no se entiende toda organización, incluidas las instituciones religiosas, como un equipo de fútbol, hay un problema. Incluso se dejan asesorar por directores deportivos y otros…
Muchas gracias Fernando por el buen ánimo a los ecónomos en el día de la vida consagrada.
FELIZ DÍA
El dualismo ‘buenos y malos,..’ El Evangelio interpretado ‘Marta,…María ha escogido la mejor parte’,…y al amparo colectivista de ‘alguien lo hace por mí,…’ se crean categorias que jerarquizan a las ideologias, frente, y a los hechos pragmáticos de cada día,… y ¡Ay como fallen!,…
He insitido a los formadores, sobretodo a los de las ultimas etapas, que dejen, dentro de las semanas de formación propia, un espacio para la economía y administración. Desafortunadamente, como tu dices, parece ser que eso no es importante, que es algo accesorio o una desgracia admirable para quien presta este servicio. Seguiré insistiendo aunque ello me lleve a preparar contenidos para que los religiosos, al menos los más jóvenes, sepan leer un presupuesto, interpretar una factura, diferenciar entre ingresos brutos y netos, etc..