Archivo de la categoría: misión

La cuesta de enero

Tradicionalmente, se hablaba de la cuesta de enero. Después de los dispendios de las Navidades, las familias tenían difícil arrancar el nuevo año. La paga extra de Navidad se había volatilizado y el dinero estaba muy justito para llegar al fin de enero, hasta el día del cobro de la siguiente paga. Para más inri, hacía mucho frío y el cielo era gris y plomizo. Esto era tradicionalmente. La realidad es que hoy para muchas familias, la cuesta de enero se alarga muchos meses. En algunos casos hasta diciembre. Son las consecuencias de esta crisis económica, causada por el covid-19 y de las anteriores. Porque a algunas familias les llegan los efectos de la crisis sin haber tenido tiempo de recuperarse de la anterior.

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Navidad es servir

La Navidad está ya a la vuelta de la esquina. Celebramos el nacimiento de Jesús. Todos nos alegramos con la memoria de acontecimiento tan importante. Todos pensamos en lo que puede significar para nuestra vida. Diría que Navidad es servir. ¿En qué sentido? Muy sencillo. Dios se pone a nuestro lado para servirnos, para acompañarnos, para darnos esperanza, para facilitarnos la vida. Y todo eso tiene mucho que ver con nuestro servicio y ministerio como administradores.

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Religiosas Ecónomas

La mayoría de los lectores de este blog son mujeres. La mayoría son religiosas. La mayoría son ecónomas o administradoras. El domingo pasado hemos celebrado el Día Internacional de la Mujer. No puedo menos que dedicar unas líneas a felicitaros, a daros las gracias por vuestro trabajo, por vuestra entrega, por vuestra generosidad. Por dedicaros a un servicio que muchos no valoran adecuadamente pero que es fundamental e imprescindible para la misión y el carisma de vuestras instituciones. Ser religiosa ecónoma es una forma maravillosa de hacer reino, de construir fraternidad a base de servicio. Seguir leyendo Religiosas Ecónomas

Asumir riesgos

En economía siempre hay muchas posibles soluciones o respuestas a los problemas que se nos plantean. Un buen administrador debe ser capaz de asumir riesgos. Su trabajo fundamental es decidir. Decidir entre las diversas alternativas tratando de conciliar las múltiples necesidades presentes y futuras con los recursos, siempre escasos por definición. No hay una sola solución. No hay una sola respuesta. No es verdad eso de que no podemos hacer otra cosa. Hasta el posponer la decisión es ya tomar un camino concreto. Seguir leyendo Asumir riesgos

Serenos en medio de la tormenta

 

Es tiempo de repasar las cuentas del año recién terminado. Posiblemente veamos que los resultados de nuestras inversiones financieras no han sido muy buenos. En realidad, han sido muy malos. Pésimos. Los mercados financieros (bolsa, renta fija…) han caído hasta un 15% entre enero y diciembre. Las inversiones de nuestras instituciones, con suerte, se han quedado en una caída del 5% o algo más. Eso, siempre en proporción a lo que tenga invertido cada institución, puede ser mucho dinero. Es para ponerse nerviosos. Y, sin embargo, creo que es el momento para la serenidad. Para mantenerse serenos en medio de la tormenta. Por mucho que la tormenta haya sido de aúpa, como diría mi madre.

Ya hablé en otro momento de la volatilidad de los mercados financieros (“la volatilidad y la tranquilidad” se titulaba. Lo hice precisamente un verano en que hubo unas caídas fortísimas en las bolsas europeas. Aquel fue un momento de volatilidad. Luego las tornas cambiaron y los mercados se tranquilizaron. Hay que reconocer que lo de este año ha ido algo más allá de la volatilidad, que se refiere más bien a la imagen de los dientes de sierra: mercados que suben y bajan continuamente con fuerza. Lo de este año han sido directamente bajadas y caídas. Sobre todo, en la segunda mitad del año. La incertidumbre ha sido general en el mundo económico (que si el brexit, que si la política norteamericana, que si el ascenso de la extrema derecha, que si la guerra comercial China-USA…).

Todo son razones para el miedo. Como dicen los economistas “nada hay más miedoso que un billete de un dólar”, indicando que la economía aborrece de la incertidumbre y quiere seguridad de que las reglas del juego no van a cambiar. Los conflictos y los cambios siempre crean incertidumbre, miedo ante el futuro. Y eso les pasa a los inversores. El dinero huye y los precios (los intereses, los rendimientos, los beneficios) bajan. Y se produce otra paradoja: “la bolsa es el único mercado en que cuando hay rebajas, la gente sale corriendo.”

La clave está en mantenerse serenos en medio de la tormenta y mirar a la realidad con perspectiva, a medio y largo plazo. Porque los institutos religiosos no invertimos en el mundo financiero con ánimo de ganar dinero en el compra hoy y vende mañana. No nos dedicamos a la especulación. Invertimos en ese mercado con el objetivo de a) preservar el valor de nuestro capital financiero a medio y largo plazo y b) obtener a medio y largo plazo unos rendimientos estables y justos que nos permitan acometer nuevos proyectos y asegurar los que ya tenemos siempre al servicio de la misión.

No podemos ni debemos mirar el resultado de nuestras inversiones a un plazo tan corto como un año. Hay que echar la mirada con más perspectiva. En estos mercados hay años que se gana y años que se pierde. No se puede ganar todos los años. Tampoco se pierde todos los años. En una congregación eché las cuentas sobre diez años de inversiones financieras y descubrí que de media se había ganado un 1,5% por encima de la inflación. Había años en que se había perdido y años en que se había ganado. Pero lo importante era esa media. Mirar siempre a largo plazo y evitar el cortoplacismo (hay otro blog dedicado a este tema del cortoplacismo), debería estar entre los criterios que no debemos olvidar nunca. Para no desesperarnos, para no ponernos nerviosos y para mantenernos serenos en medio de la tormenta.

Entre Nochebuena y Nochevieja

Este blog se viene publicando desde hace más de tres años puntualmente cada quince días. Éste toca publicarlo, como dice el título entre Nochebuena y Nochevieja. No creo que sea un tiempo para sesudas reflexiones, ni para denuncias proféticas ni sugerencias atinadas. Simplemente, echo la mirada hacia atrás y creo que ha valido la pena tanto escribir. Y que es posible que a alguien le haya ayudado. Con eso es suficiente. Y ya me siento contento. Seguir leyendo Entre Nochebuena y Nochevieja

Unificar

Vivimos en un mundo globalizado pero los institutos religiosos parece que se empeñan a veces en vivir en el pasado. Queremos que cada comunidad haga su guerra y sus compras y sus negocios. Para como decía en el blog anterior, respetar la autonomía de las comunidades. Así que vivimos en la contradicción de que somos capaces de montar cooperativas para que los pobres se unan y puedan obtener mejores servicios a mejores precios, pero nosotros preferimos mantenernos autónomos y hacer cada uno lo suyo aunque nos resulte más caro. Y, a algunos, Cuando oyen el término unificar servicios o proveedores o empresas casi que se les ponen los pelos de punta. Seguir leyendo Unificar

Un servicio basado en la confianza

A base de hablar de hablar de las grandes líneas que deben orientar las decisiones económicas de los institutos y de hacer altas reflexiones sobre la economía de los institutos, es posible que se nos olvide que esto de la economía es un servicio y que su objetivo final es servir al bienestar de las personas. Un servicio basado en la confianza. La confianza en sus hermanos y hermanas tiene que ser la actitud básica con la que el administrador realice su servicio. Seguir leyendo Un servicio basado en la confianza

Nuevo documento de la CIVCSVA

Aquí está ya el nuevo documento de la CIVCSVA. Ya está publicado. Tiene como título  Economía al servicio del carisma y de la misión. Son 136 páginas (paginitas más bien por su tamaño) de documento que quiere poner por escrito unos criterios e indicaciones que orienten la economía de los institutos religiosos. Se ha hecho esperar pero al final todo llega. Ahora hay prisa por leerlo, por ver qué dice, por separar las exhortaciones parenéticas de las indicaciones más concretas, por revisar en qué nos afecta y que nuevos trabajos y cuidados nos va a echar encima. Seguir leyendo Nuevo documento de la CIVCSVA

Día de la vida religiosa y economía

Hoy andamos todos de fiesta. 2 de febrero, presentación del niño Jesús en el templo y día de la vida consagrada. Nos lo merecemos después de tantos trabajos y de tanta generosidad y entrega como se ve a lo largo y a lo ancho de este mundo que es la vida religiosa. Y nos lo merecemos más los que, dentro de ella, nos dedicamos a las cosas del dinero. Porque parece que juntar vida religiosa y economía no es fácil. Seguir leyendo Día de la vida religiosa y economía

Los administradores también deben resucitar

Me van a disculpar que me deje llevar por el tiempo litúrgico también en estas cosas de la administración. En estos días vamos a oír mucho lo de que comienza una vida nueva, que lo viejo ha pasado, que hay que morir el hombre viejo y que hay que resucitar. Todo es una invitación a comenzar de nuevo, a dejar atrás las viejas costumbres, los vicios, lo que se hacía siempre, los hábitos de toda la vida, los raíles de la vía que nos llevaban al mismo sitio ya conocido y manido. Puesto todo esto, también afecta a los administradores. También los administradores deben resucitar. Seguir leyendo Los administradores también deben resucitar

Lo urgente y lo importante

Van a decir que hablar de lo urgente y lo importante, tema de esta entrada al blog es algo superficial, que no entro en temas de administración real y concreta. Pero no he podido evitar, estos días en que estoy dedicado a repasar y cerrar contabilidades del 2016 y abrir las nuevas del 2017, a ver si todo cuadra, a preparar los impresos de los presupuestos y zarandajas por el estilo que me llevan mucho tiempo, acordarme de Mafalda. Seguir leyendo Lo urgente y lo importante

Vamos con la misión compartida

Desde hace un tiempo le damos muchas vueltas al tema de la misión compartida. No se trata sólo de confiar en los que colaboran en nuestras actividades. Eso ya lo hacemos con cierta facilidad. Como religiosos, no podemos olvidar que compartir la misión significa que los que trabajan con nosotros comulgan también en los principios, prácticas y dinamismos de nuestras instituciones. Ahora bien, tampoco podemos ni debemos olvidar que esa relación tiene por medio un contrato de trabajo con unas exigencias profesionales concretas. Seguir leyendo Vamos con la misión compartida

Economía en tiempo de Pascua

El otro día estuvo hablando conmigo uno de mis sobrinos más jóvenes.  No sabe mucho de nuestra vida, de la vida de religiosos y religiosas, pero, cuando le conté algo, llegó a la conclusión de que éramos comunistas. La razón fundamental: que todos los bienes los ponemos en común. Bien pensado, tiene razón. Somos una forma de vida que tiene mucho del ideal del comunismo marxista: una sociedad en la que todos trabajan para un fin común y en la que todos aportan según pueden y reciben según necesitan. Así que no le pude decir que hubiese llegado a una conclusión errónea. Algo de razón tenía. Seguir leyendo Economía en tiempo de Pascua

Ser ecónomo, un auténtico ministerio

Hace un tiempo estuve de visita en una comunidad religiosa. Después de la cena había un momento de recreo y esparcimiento comunitario en la sala común. Allí estaba, como casi siempre, casi presidiendo la reunión, la televisión. Y descubrí con sorpresa que el ecónomo de la comunidad era el detentor del poder en aquella sala. Tenía el mando en su habitación y sólo lo bajaba en determinadas ocasiones. Aquel mando permitía acceder a canales especiales deportivos. Cuando no estaba aquel padre, el resto se tenía que conformar con ver los canales normales. Era el ecónomo el que determinaba la posibilidad de ver algo diferente, casi siempre relacionado con el deporte. Seguir leyendo Ser ecónomo, un auténtico ministerio

Por un 2016 al servicio de la misión

Acabo de hablar con una amiga mía que, junto con otras personas, acaba de crear una nueva empresa. Hay una idea. Han juntado fuerzas y algo de dinero. Y están empezando. En estos primeros momentos todo son pérdidas. No sólo por la cuenta de resultados sino también por las horas sin medida entregadas a esa nueva aventura en la que se han metido. Como en toda empresa nueva, no están seguros de que si van a conseguir salir adelante. Pero de lo que sí están seguros es de que están poniendo toda la carne en el asador. Si no lo consiguen, no va a ser por falta de esfuerzos. Seguir leyendo Por un 2016 al servicio de la misión

Del “patrimonio estable”

A estas alturas cualquier administrador/a y/o ecónomo/a sabe ya que en el último documento de la Santa Sede sobre la administración de los institutos religiosos (Líneas orientativas para la gestión de los bienes en los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, de marzo de 2014) se habla del “patrimonio estable” que deben tener los institutos religiosos para salvaguardar su misión y vida futura. En el documento no queda demasiado claro lo que eso significa o implica. Pero sí queda claro que es un asunto importante. Tanto que se pide que cada instituto precise y determine qué bienes son afectos a ese “patrimonio estable”. Y que se introduzca en el derecho particular de cada instituto la necesidad de determinarlo. Seguir leyendo Del “patrimonio estable”

Cambiar de “chip”. Superar las inercias

Ya sabemos todos que el “chip” es el motor, el centro, de cualquier ordenador. Cuando cambiamos de “chip” es casi como si cambiáramos de ordenador. La carcasa sigue igual pero por dentro el motor es nuevo. Aplicado a las personas, diríamos que significa cambiar de mentalidad, hacernos nuevos, acomodarnos a una nueva realidad, dejar lo antiguo. Pues bien, a religiosos y religiosas nos hace falta cambiar de “chip” y superar las inercias. Al menos, en este campo de la economía. Dejar las inercias, eso de “siempre se ha hecho así”, para empezar a pensar de otra manera, a buscar otras soluciones. Porque tiempos y situaciones nuevas exigen respuestas nuevas. Seguir leyendo Cambiar de “chip”. Superar las inercias

Vuelta a la realidad y sus urgencias

Termina agosto y la vida se vuelve a centrar. Dejamos las vacaciones, las actividades extraordinarias (reuniones, cursos, ejercicios…) y entramos en nuestro trabajo habitual. Recogemos los papeles que llenan la mesa. Toca ordenarlos, clasificarlos, contabilizar, reunirse, administrar. Así entramos en el río que nos llevará hasta el final del curso de nuevo.

Por en medio se nos queda un agosto un poco extraño. Por una parte, tenemos la sensación de que la economía en general va mejor y va a mejor. No es que sea la maravilla de las maravillas pero va a mejor. Con heridas tremendas dejadas por la crisis. Pero parece que lo peor ha pasado.

Sin embargo, el mundo financiero parece que no quiere ver esa realidad. Seguir leyendo Vuelta a la realidad y sus urgencias

Llega el verano

Ya entiendo yo que este texto lo va a leer muy poca gente. Estamos en verano y va a publicarse justo unas horas antes de que empiece ese mes de agosto que marca para muchos el tiempo de las vacaciones. También para religiosas y religiosos es un tiempo diferente. No cogemos la maleta y nos vamos a la playa pero cambiamos de lugar y hacemos otras cosas. Seguro que más de una vez hemos dicho de bromas que en este tiempo veraniego “profetas y sacerdotes vagan sin sentido por el país”. Seguir leyendo Llega el verano

De los otros siempre se puede aprender

He sido director de un colegio mayor universitario durante ocho años. Cuando llegué al cargo me encontré con que había ya una tradición de que los directores de los diversos colegios de aquella universidad, y los de toda España, se reunieran con una cierta periodicidad. A veces era para tratar algún tema, a veces eran unas jornadas de trabajo, a veces, los de la universidad, sólo para sentarse a comer juntos. Esas reuniones fueron durante aquellos años momentos muy buenos. Siempre tuve la oportunidad de aprender algo de los otros directores. A veces porque me gustaban sus ideas y copiaba en mi colegio lo que ellos ya hacían en los suyos. A veces también porque no me gustaban sus ideas pero, al escucharlos, me provocaban a la reflexión y terminaba viendo claro por donde debía caminar. Ciertamente, puedo decir que en aquellas comidas y encuentros siempre aprendí algo. Y eso fue bueno para mí y para mi colegio. Seguir leyendo De los otros siempre se puede aprender