Hay un punto en las economías de los institutos que habrá que cuidar con mucho mimo desde ya. Se trata de todo lo referente a las inversiones financieras. Por la sencilla razón de que la vida de muchos institutos ya depende más de sus rendimientos que del trabajo de sus miembros. Porque la mayoría se dedican a apostolados gratuitos o porque la edad ha hecho que los ingresos por salarios hayan disminuido.
El tema de las inversiones es complicado. Muy complicado. No sé sabe muy bien cómo acertar o qué criterios aplicar. En este punto hay una reflexión pendiente en muchas congregaciones, en muchos institutos, en muchas provincias. ¿Qué criterios hay que usar a la hora de hacer esas inversiones? ¿Qué razones hay para escoger un producto en lugar de otro? ¿Hay que buscar siempre la máxima rentabilidad? Las preguntas son muchas. Y no se puede estar a la última urgencia o al consejo que nos dé el asesor de turno.
Adjunto a este breve comentario se puede encontrar un archivo word con el nombre “Protocolo Inversiones Financieras”. No es más que un borrador, un documento sobre el que se puede trabajar añadiendo, cortando, borrando, editando, etc. Es una propuesta que debería hacer suya cada instituto, cada provincia. Lo ideal sería que terminase siendo aprobado por el capítulo provincial o el gobierno provincial. De esa forma los criterios que se usarían a la hora de invertir serían públicos, habrían sido previamente discutidos y decididos. Porque mucho me temo que actualmente la mayoría de los ecónomos provinciales y generales trabajan más llevados por la intuición que por unos criterios escritos. No deja de ser curioso que hagamos documentos para todo: para la pastoral de todos los tipos, para la vida espiritual, etc. Y, sin embargo, no se nos haya ocurrido definir los criterios que se deben usar a la hora de invertir nuestros recursos financieros.
Aquí va la propuesta. Queda a la libertad de cada uno elaborar su documento como prefiera. Hasta otra.
Gracias por el protocolo y los criterios…. todo un desafío para el mundo religioso. De nuevo gracias Fernando